~Capítulo 25

*Narra Niall

—Niall... ¿Ryan es tu primo? — preguntó _____ de repente, haciendo que parase de acariciar su pelo por un momento.

—¿Por qué lo preguntas?

—No lo sé... Él me dijo que lo erais — dijo jugando nerviosa con sus manos en mi pecho. Yo solté un suspiro antes de responder.

—De pequeños nos llevábamos genial. Era como mi mejor amigo. Siempre le pedía a mis padres que me llevaran a su casa. Jugábamos juntos a cualquier tontería mientras nuestros padres charlaban de cosas aburridas para nosotros. Partidos de fútbol, baloncesto, carreras... Su casa era mi segunda casa. Después crecimos y nos seguíamos viendo, pero ya no jugábamos con cochitos ni hacíamos carreras. Sólo jugábamos con videojuegos, y alguna vez a fútbol, pero no era lo habitual. Cuando tuve dieciséis y él quince, empecé a salir con una chica, y bueno, se la presenté a Ryan. Estuve unos meses con ella, hasta que me dejó. Estuve mal unos días; realmente le quería. Un par de semanas después, volví a casa de Ryan, y me los encontré haciendo cosas que, por el bien de tu salud mental, no te contaré, pero ya te las imaginas — le dije. Ella puso cara de asco por lo último que dije y yo solté una risita — Estuvo unos meses en un centro de menores por meterse en varias peleas, consumo de drogas y carreras de motos ilegales. Cuando cumplió las dieciocho, estuvo en la cárcel por violación, pero sus padres le pagaron la fianza y sólo estuvo una semana. Y bueno, el resto ya lo sabes.

—Vaya... — dijo ella analizando lo que acababa de decirle — Nunca lo imaginé.

—Bueno... la gente cambia, supongo...

—Espera un momento, ahora vuelvo.

—¿A dónde vas? — pregunté mientras se levantaba.

—Al baño. Creo que tengo un problemilla femenino — dijo sonrojada. Yo reí y le hice un gesto con la mano dándole a entender que fuera.

*Narra _____

¿Por qué tuve que ser chica? ¿No pude haber nacido chico? No. Era más divertido si una vez al mes moría desangrada y me retorcía de dolor. Claro que sí, súper divertido.

Terminé de lavarme y secarme las manos y salí del baño, encontrándome a Niall a punto de dormirse. Me tumbé junto a él y me acurruqué mientras pasaba su mano por mi cintura.

—¿Qué tal los problemas femeninos? — preguntó mirándome.

—Problemosos — dije. Él sonrió — No tiene gracia. Duele — hice puchero.

—Tranquila bebé. Yo te cuido — dijo acariciando suavemente mi vientre. Sonreí.

—Buenas noches Niall. Te quiero.


—Buenas noches princesa. Yo también te quiero — susurró antes de darme un corto beso.

*Al día siguiente*
—¡Arriba dormilones! ¡Hora de ir a la torre Eiffel! — gritaron mientras mi cama subía y bajaba, supongo que porque quien quiera que estuviese gritando, también estaba saltando.
Froté mis ojos con cansancio, y pude ver que el que gritaba y saltaba era Louis. Cómo no. Cogí mi almohada y le di un golpe, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera encima de Niall, que no había despertado.
—¡Auch! — se quejó Niall al sentir el golpe de Louis. Abrió los ojos y le vio encima suyo riéndose — Quita Louis — agregó mientras le empujaba, haciendo que se oyera un fuerte golpe, ya que Louis había caído al suelo.
—Ay, qué mal humor tenemos algunos por las mañanas — dijo levantándose del suelo y frotando su trasero.
—Al menos tu trasero amortiguó el golpe — me burlé. Niall y yo reímos mientras mi hermano me fulminaba con la mirada.
—Ja-ja. Muy graciosa hermanita. Ahora levántate y vístete, que nos vamos.
—Sí, sí. Ya vamos. Déjanos en paz — dije volviendo a tumbarme en la cama y tapándome de nuevo con las mantas
—Os esperamos en el bufet del hotel para desayunar — dijo antes de abrir la puerta.

Oí como se cerraba, y segundos después, noté unos labios en mi cuello, dejando unos cuantos besos.
—Buenos días princesa — susurró Niall en mi oreja. Después la mordió suavemente haciendo que mi piel se erizara completamente . Me giré sobre mí misma para quedar cara a cara. Ambos sonreímos.
—Hola Nialler — respondí, aún sonriendo.
—Mmm... nunca me habías llamado así — dijo con la voz ronca, debido a que acababa de despertarse. Yo me encogí de hombros.
—Vamos a vestirnos — dije levantándome, pero antes de que lo hiciera del todo, agarró mi brazo y tiró de mí, haciendo que cayera encima suyo — ¿Qué pasa?
—¿Y mi beso de buenos días? — dijo haciendo puchero. Solté una risita y le di un piquito— Ey, ¿qué mierda de beso es ese?
—Niall James Horan Gallagher — le dije seria — No digas palabrotas.
—Tú también las dices — se defendió.
—Touché — dije rindiéndome. Ahí tenía razón.
—¿Y esa vena francesa de repente? — rió suavemente.
—Oh! C'est l'amour! Nous sommes à Paris! — dije en francés.
—¿Hablas francés?
—Un peu — respondí haciendo un gesto de "poquito" con mis dedos.
—¿Cómo se dice "amo mucho a Niall Horan y es el mejor novio del mundo"?
—Búscalo en el traductor — dije sonriendo. Él hico pucheros.
—Bueno, al menos dame mi beso, ¿no?
— Enchanté — dije de nuevo en francés. Eliminé la poca distancia que nos separaba y uní nuestros labios en un tierno y largo beso.
Nos separamos y me levanté de la cama.
—Iré a darme una ducha — dije. Él sonrió y asintió.

Entré al baño e hice mis necesidades, pensando nuevamente que en estos momentos preferiría ser un chico. Me lavé las manos y comencé a desvestirme para entrar en la ducha. Salí quince minutos después, me envolví en una toalla y volví a la habitación, donde me encontré la cama ya hecha y Niall tumbado sobre ella, tan sólo mirando al techo.
—¿En qué piensas? — pregunté yendo hacia mi maleta para coger la ropa que me pondría.
—En que tardabas mucho — respondió sonriendo mientras se levantaba. Yo fruncí el ceño — Es broma princesa. No pensaba en nada. Iré a ducharme — sonrió de nuevo y besó mi frente, para luego entrar al baño.
Saqué la ropa de mi maleta y me vestí. Debería poner mi ropa en el armario, pero la vagancia me puede.
Después fui hasta el baño y toqué la puerta antes de entrar.
—Nialler, ¿puedo pasar? Necesito peinarme.
—Claro, pasa.

Entré y vi la silueta de Niall tras la cortina. Sonreí, así, sin ningún motivo y cogí el secador del pelo. Terminé de secarlo y me peiné. Cogí el neceser donde tenía el maquillaje y pinté mis ojos y mis labios. Entonces escuché a Niall cantar.

—You'll never love yourself
Half as much as I love you
You'll never treat yourself right darlin'
But I want you to
If I let you know
I'm here for you
Maybe you'll love yourself like i love you
Oh..
Entonces me uní a él y cantamos juntos:
—I've just let these little things
Slip out of my mouth
Because it's you
Oh it's you
It's you
They add up to
And I'm in love you
And all these little things

En eso, él salió de la ducha con una toalla atada a la cintura y con una sonrisa que no le cabía en la cara.
—Cantas genial, ¿lo sabías? — me dijo.
—Parezco un gato atropellado, no mientas.
—Claro, claro. Lo que tú digas — dijo rodando los ojos.

*Veinte minutos después*
—¡Hombre! ¡Pero si estos dos siguen vivos! — exclamó Liam al vernos aparecer en el bufet.
—Seguro que estaban haciendo cosas sucias — dijo Zayn.
—Cállate Malik. No estábamos haciendo nada — dijo Niall fulminándole con la mirada.
—Ya, ya... Seguro — le apoyó Brithany.
—¡Bri! — le regañé — Pensé que eras mi amiga — hice pucheros.
—Soy tu amiga.
—Pues podrías demostrarlo... no sé... ¡APOYÁNDOME!
—Oye, no me muerdas, tranquila — me dijo. Seguidamente miró a su novio — Zayn, no te metas con ellos. Si dicen que no hicieron nada, es porque no lo hicieron — volvió a mirarme — ¿Mejor?
Asentí.
—Bueno, voy a buscar mi comida, que tengo hambre. ¿Alguien viene? — preguntó. Miró que los demás ya tenían sus platos — Olvidadlo. ¿Vienes princesa? — asentí y me levanté junto a él.

*Narra Niall
Estaba rodeado de básicamente platos llenos de dulces. Lo que viene a ser el paraíso para mí. Croissants, napolitanas, magdalenas, bocadillos, tostadas, fruta, leche, zumos, café... Todo lo necesario para un desayuno, lo podías encontrar sobre las mesas del bufé. Cogí algunos panecillos, mermelada y mantequilla. También me serví una taza de café descafeinado de la máquina y varios croissants. Según los chicos, y mi ahora francesa novia, estos pequeños dulces son muy famosos en Francia, y sería un crimen venir al país nombrado y no comerlos. Cuando tuve todo lo que quería, o por lo menos todo lo que pensaba que me iba a caber, me dirigí a la mesa y dejé mis platos en la parte que me correspondía de la mesa. Después fui a donde estaba _____ y le ayudé con lo suyo, colocando su desayuno al lado del mío.
—Vaya, veo que os vais a poner morados - comentó Harry riendo.
—¡Para variar! - agregó riendo Tommo.
—¡Dejadlos tranquilos! — dijo Zayn. Iba a agradecérselo cuando volvió a hablar — Una noche loca cansa mucho y da hambre. ¿Verdad chicos?

Todos los demás -junto con Zayn- comenzaron a reír, mientras _____ y yo les fulminábamos con la mirada.
Empecé a comer, esperando que el ataque de risa que les había dado a los chicos no fuera muy largo.
Entonces comencé a pensar. Realmente, una noche loca con _____ no hubiese estado mal. Lo de la bañera estuvo bien, pero me quedé con las ganas. Sólo con imaginarlo me da calor... ¿Qué mierda? ¿Por qué estoy pensando en esto? Paso mucho tiempo con Harry. Me pega sus pensamientos pervertidos. Si anoche no hicimos nada, fue por culpa de Ryan. Cabrón. Espera... Si _____ está en sus días... eso significa... no poder hacer nada durante una semana.
—Oh mierda — dije en voz alta sin darme cuenta, mientras daba una palmada con mi mano en mi frente. Vi que todos me miraban — Mierda... ¿lo dije en voz alta?
—Sí — contestaron todos al unísono.
—¿En qué pensabas? — preguntó Louis.
—Nada — dije poniéndome colorado.
—Uy, que se ha puesto colorado. Seguro que estaba pensando cosas sucias — dijo Liam. ¿Liam? ¿Otro que normalmente es normal y hoy está muy salido?
—¿Queréis dejadme ya en paz de una vez? Quiero comer.
—Qué humos — dijo _____ — Parece que eres tú el que tiene la regla en vez de yo.

Todos volvieron a reír, ahora incluyendo a _____. Rodé los ojos y seguí con mi desayuno-
Los demás se calmaron y seguimos hablando de cosas relativamente normales. Y digo "relativamente" porque con nosotros nada es normal.
—Bueno... ¿A la torre Eiffel, no? — preguntó Bri cuando _____ y yo terminamos de desayunar.
Todos asentimos y nos levantamos de la mesa. Nos dirigimos hasta la puerta, seguidos de dos guardaespaldas, y otros tres por delante. En serio, a veces tanta gente "cuidándome" me estresa mucho.
Agarré suavemente la mano de _____, me puse mis gafas de sol y salimos del hotel, sintiendo una gran oleada de gritos y llantos.

Todos sonreímos, pero ninguno nos paramos. Más que nada porque Paul y los demás gorilas, no dejaban de empujarnos hasta la furgoneta.
—Ey, quería estar con mis princesas — reclamó Harry ya en la furgoneta.
—¿Tus princesas? — pregunté — Son MIS princesas — dije remarcando el "mis".
—No, no. Son las mías — dijo Louis.
—Ilusos. Son las mías — dijo Harry después.
—Seguid soñando. Todos sabemos que son mías — se burló Liam de nosotros.
—Callaos ya, pesados. Son las princesas de todos y punto — dijo _____ enfadada.
—Y... ¿Dices que tienes la regla? — preguntó Louis.
—¿Y a ti qué mierda te importa si me estoy desangrando o no? — respondió. Todos la miramos sorprendidos — Y no me miréis así, que me desgasto.

Miramos a otro sitio que no fuera ella y estuvimos unos minutos en silencio. Entonces oímos que alguien intentaba aguantar la risa, en un intento fallido, ya que después oímos una gran carcajada, que provenía de _____.
—¿Y a esta qué le pasa ahora? — preguntó Brithany. Todos nos encogimos de hombros.
_____ siguió riendo todo el camino hasta que llegamos a la Torre Eiffel.
—... y por eso las vacas rosas vuelan — terminó de explicar _____. Todos le mirábamos con la boca abierta. ¿Qué mierda ha fumado hoy?
Primero no podías ni respirar cerca de ella porque te mataba con la mirada. Después se empezó a reír sola sin ningún motivo. Y ahora habla de dragones que estornudan purpurina, de unicornios y de vacas rosas voladoras.
—¿Pero queréis salir ya? ¡Que no tengo todo el día! — sí, otra vez era _____.
Todos bajaron hasta quedar ella y yo solos.
—Oye... ¿estás bien? — le pregunté.
—Estoy muy bipolar... ¿no? — preguntó. Yo asentí con la cabeza. Entonces comenzó a llorar y volvió a hablar, aunque casi no entendía lo que decía. — Lo siento... ¡Lo siento mucho! En serio... siempre fui bipolar cuando tenía la regla, pero nunca tanto...¿Por qué mierda lloro? ¡SOY GILIPOLLAS!

Y ahí estaba ella. Con su cabeza en mis piernas, llorando. Y ahí estaba yo. Mirándola con cara de "¿Dónde está la cámara?".
—Shh. Tranquila bebé. Pronto se te pasará, ¿vale? — intenté tranquilizarla. Ella asintió. Puse mi mano en la parte baja de su vientre y comencé a acariciarlo suavemente, como había hecho anoche. — ¿Mejor?
Ella asintió y la ayudé a bajar de la furgoneta.
-Tranquila, yo te protegeré - la aseguré imitando a un héroe, de esos de las películas.
Ella rió como una loca y después soltó una lagrimilla.
-Gracias Nialler. De verdad eres lo mejor de mi vida, siempre te querré. Te amo te amo te amo. Nunca cortaremos ¿vale? Iluminas mi mund.... ¡OH DIOS MÍO, MIRA ESO! -gritó antes de salir corriendo.
-¿Pero qué...?
Vale. Probablemente esto era la cosa más grande que había visto en mi vida. ¿Dónde se habían metido los chicos?

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